El sentimiento de culpa en la personalidad y la melancolía



*(Famoso episodio de la vida del pintor Vincent Van Gogh. 1888. Durante una disputa arrojó un vaso de ajenjo a su amigo, el pintor francés Paul Gauguin, el cual llevó a su perturbado amigo a su casa y lo metió en la cama. A la noche siguiente, Van Gogh atacó a Gauguin con una navaja de afeitar, mas de repente huyó a su cuarto y se cortó parte de una oreja en un exceso de arrepentimiento. Van Gogh se suicidó en 1890, dos años después de dicho acontecimiento.)

En el modelo psicoanalítico de la personalidad el sentimiento de culpabilidad se entiende en términos generales como un conflicto interno, un acto en el que interviene el superyó y que cumple con ciertas funciones…

A continuación se cita brevemente la obra Freud en la que se trata acerca del sentimiento de culpa en la personalidad (I), para, posteriormente tratar el tema del sentimiento de culpa en la patología psíquica (II)…

I. El sentimiento de culpa en la personalidad

Básicamente sucede que… “Uno se siente culpable (los creyentes dicen 'en pecado') cuando ha cometido algo que se considera 'malo'" (Freud, 2006, 99). Pero también se podría sentir culpable sin haber cometido algo malo y solamente con haber pensado cometerlo o haber tenido la intención o propósito de hacerlo…

La culpa un acto con dos funciones

Esto que anteriormente mencionamos viene a la explicación que da Freud del sentimiento de culpabilidad como un acto del superyó que cumple dos funciones: no solo de castigo, también de caución. Cuando habla de una función de castigo del superyó dice: “La tensión creada entre el severo superyó y el yo subordinado al mismo la calificamos de sentimiento de culpabilidad; se manifiesta bajo la forma de necesidad de castigo” (Freud, 2006, 98). Cuando habla de una función de caución dice que es como una vigilancia interna… “Por eso no importa mucho si realmente hemos hecho el mal o si sólo nos proponemos hacerlo; en ambos casos aparecerá el peligro cuando la autoridad lo haya descubierto y ésta adoptaría análoga actitud en cualquiera de ambos casos”(Freud, 2006, 100).

En resumen de esta descripción freudiana de la sensación de culpa podríamos decir que la misma se interpreta como un conflicto interno; la culpa es un acto del superyó, una crítica de una instancia interior, una “agresión dirigida contra el propio yo” (Freud, 2006, 98): ¿podría causar malestar, síndromes?

II. El sentimiento de culpa en la psicopatología

En efecto, Freud sostenía que en todo padecimiento anímico debería considerarse el actuar del punitivo superyó:
En todas las formas de enfermedad psíquica habría de tenerse en cuenta la conducta del super-yo; cosa que no se ha hecho hasta ahora. Pero ya podemos indicar, provisionalmente, que ha de haber también afecciones cuya base esté en un conflicto entre el yo y el super-yo. El análisis nos da derecho a suponer que la melancolía es un ejemplo de este grupo, al que daríamos entonces el nombre de «psiconeurosis narcisistas» (Freud, 1925).

Por ello mismo el estudio psicoanalítico de la melancolía debía conducir a una teoría más elaborada del sentimiento de culpabilidad. En una cita ulterior, habla justamente de la culpa sentida y la autocrítica en la melancolía:
En el caso de la melancolía es aún más fuerte la impresión de que el superyó ha arrastrado hacia sí a la conciencia. Pero aquí el yo no interpone ningún veto, se confiesa {bekennen} culpable y se somete al castigo. Comprendemos esta diferencia. En la neurosis obsesiva se trataba de mociones repelentes que permanecían fuera del yo; en la melancolía, en cambio, el objeto, a quien se dirige la cólera del superyó, ha sido acogido en el yo por identificación. (…)

¿Cómo es que el superyó se exterioriza esencialmente como sentimiento de culpa (mejor: como crítica; «sentimiento de culpa» es la percepción que corresponde en el yo a esa crítica), y así despliega contra el yo una dureza y severidad tan extraordinarias? Si nos volvemos primero a la melancolía, hallamos que el superyó hiperintenso, que ha arrastrado hacia sí a la conciencia, se abate con furia inmisericorde sobre el yo, como sí se hubiera apoderado de todo el sadismo disponible en el individuo. De acuerdo con nuestra concepción del sadismo, diríamos que el componente destructivo se ha depositado en el superyó y se ha vuelto hacia el yo (Freud, 1927).

Freud nos deja suponer que el sentimiento de culpa como acto del superyó guardaría cierta relación con la patogénesis o formación de la melancolía o depresión (denominaciones que utilizamos indistintamente para una continuidad teórica). Con esto podemos permitirnos formular una suposición: en un síndrome depresivo el sentimiento de culpa participa en el síndrome ya sea agudizándolo, participando en su formación o reforzando su tenacidad al tratamiento.

Este supuesto dicho anteriormente encontraría sustento en la experiencia de un psiquiatra neoyorquino llamado Frederick Flach, durante años profesor, conferenciante e investigador de la depresión. Flach insistía en la suma importancia del sentimiento de culpabilidad en la persona deprimida: “El sentimiento de culpabilidad, toda vez que lleva consigo una pérdida de la propia estimación, puede acarrear depresión” (Flack, 1978, 132). A su vez destaca que el elemento de culpabilidad en una depresión frustra en cierta medida la acción de tratamiento farmacológico, es decir que en cierta forma “refuerza la tenacidad” de la depresión:
“Hay una diferencia entre los estados deprimidos que nacen de la culpabilidad y los que no guardan relación con los sentimientos de culpabilidad. El psiquiatra Peter F. Regan, demostró que los pacientes deprimidos con un grado significativo de culpabilidad no responden bien al tratamiento biológico. Por el contrario, los pacientes deprimidos en los que la culpabilidad no es significativa suelen mejorar con rapidez cuando se emplean los tratamientos biológicos. El sentimiento de culpabilidad refuerza la tenacidad de la depresión… El sentimiento de culpabilidad no siempre coexiste con la depresión pero si determina con fuerza la cualidad de la misma cuando está presente” (Flach, 1978, 141-142).

Un caso de depresión con sentimiento de culpa

Uno de los casos que exponía Flach ilustra claramente un proceso en el que un sentimiento de culpa, encadenado con ciertos estresores (compromisos, conflictos de pareja), intervienen juntos en la infelicidad de un individuo:
“… Al ir explorando los motivos de su infelicidad, el curso de la terapia, reveló que había estado sosteniendo relaciones con la secretaria de uno de sus clientes durante casi dos años. “Eso no podría hundirme. En realidad, es el único placer que tengo, el acostarme con ella una o dos veces al mes. Además, ¿qué hay de raro en eso? Todo el mundo tiene sus escapadas”.

Fueron necesarios varios meses antes de que pudiera convencerse a sí mismo de que, independientemente de lo que otros hicieran o dejaran de hacer, su relación sexual le estaba provocando un sentimiento de culpabilidad. Su comportamiento contrastaba con su educación. De niño había asistido a escuelas religiosas y hasta poco después de los veinte años, había participado activamente en actos de la iglesia. Antes de casarse con su esposa no había tenido relaciones sexuales con nadie.

Había acatado las normas estrictas exigentes de su formación fundamentalista, hasta que otras exigencias de su vida sobre todo en los negocios, le forzaron a contraer compromisos. Comenzó a reducir un poco sus valores arraigados. De vez en cuando se echaba un trago…. Para ese tiempo consideraba la religión como una desventaja. Hasta que comenzó sus amoríos su vida hogareña había sido relativamente plácida. Después de eso, y en gran medida como producto de su culpabilidad no reconocida, se convirtió en un campo de batalla con su esposa.

“¿Y qué hago ahora sencillamente con esta culpabilidad que reconozco? Desde luego no voy a volver a la forma de pensar que tenía hace veinte años”. Ante sí tenía dos opciones: o bien modificar su sistema de valores en lo que se refería a la fidelidad de su matrimonio o terminar sus relaciones ilícitas y tratar de mejorar su vida en el hogar. Se decidió por esta última pero no fue una elección fácil. Le costaba trabajo creer, que rodeado como se encontraba por la tolerancia sexual, pudiera sentirse más a gusto con su conjunto original de valores” (Flach, 1978, 139-140).

III. Conclusión

En la perspectiva de Freud de la personalidad el sentimiento de culpa es un conflicto, una tensión entre el superyó y el yo, que cumple a la vez con ciertas funciones del superyó.

Según Freud todas estas tensiones así como el actuar del superyó deberían tomarse en cuenta en las bases de cualquier patología psíquica… De esto deriva que el sentimiento de culpa como un conflicto y un efecto del superyó se suponga relevante en la formación o presentación de la melancolía.

Flach habla también de la relevancia de la culpabilidad en la depresión, y señala que en cierta forma la caracteriza, lo cual es importante y supone ciertas consideraciones para su comprensión y tratamiento. Concluyendo en palabras de Flach: “El sentimiento de culpabilidad no siempre coexiste con la depresión, pero si determina con fuerza la cualidad de la misma cuando está presente. Para muchas personas el hacer frente a la depresión significa volverse a poner de nuevo en contacto con sentimientos legítimos de culpabilidad” (Flach, 1978, 142).


*(Trigal con cuervos. 1890. Van Gogh se suicidó de un tiro en el trigal donde pintó su último lienzo.)

IV. Bibliografía

Flach, Frederick. (1978). La fuerza secreta de la depresión. México: Lasser press.
Freud, Sigmund. (2006). El malestar en la cultura. Madrid: Alianza editorial.
Freud, Sigmund. (1925). Neurosis y psicosis. En línea: http://www.elortiba.org/freud5.html
Freud, Sigmund. (1927). El yo y el ello. (Archivo .pdf)